Mi sobrina pelirroja se acercó al ataúd con una sola flor y la colocó con el padre que tanto se parece.
Me acerqué la cámara al ojo e hice una foto.
Aunque seguro con mis razones para tomar la foto, entendí lo tabú que esto podría parecerles a los demás. Nunca hice una impresión para distribuir o exhibir. Miro la foto ahora, 10 años después, y vuelvo a familiarizarme con el dolor, golpeado por una apreciación visceral por un capítulo que continúa desarrollándose en la historia de mi familia.
Esa imagen era un recuerdo que se desvanecía hasta mi reciente viaje al Museo de fotografía de duelo y práctica conmemorativa en Chicago, una colección de más de 2.000 fotografías post mortem y efímeras funerarias.
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La pasión de Rachel LaCour Niesen por las fotos antiguas comenzó cuando caminó por el pasillo con paneles de madera de su abuela para mirar la pared de un dormitorio que tenía una historia familiar cuidadosamente editada.
Allí vio una foto de su padre de pie orgulloso con su toga y birrete el día de la graduación, una tía sentada junto a la piscina durante un encuentro de natación y una pareja feliz cortando su pastel de bodas. La huella que esas imágenes dejaron en LaCour Niesen está en el corazón de ella. @savefamilyphotos proyecto en Instagram, donde cura una historia colectiva. Ella invita a personas de todo el mundo a que le envíen una copia digital de una apreciada foto familiar y una breve historia que, en muchos casos, le da a la foto su fuerza emocional.
“El tesoro no es solo la foto, sino la historia que la acompaña”, dijo LaCour Niesen a Cult of Mac. “Creo que las historias son la moneda de nuestro pasado, presente y futuro. Sin ellos, estamos en bancarrota. Nuestras fotos familiares desencadenan esas historias. Son como el pegamento que mantiene mi historia, y nuestras historias, unidas a lo largo del tiempo ".
Throwback Thursday, Facebook e Instagram han hecho de las explosiones personales del pasado un ritual semanal, si no cada hora. La web está inundada de Polaroid difusas, Kodachromes antiguos y instantáneas en blanco y negro, cargados por personas con discos duros llenos de recuerdos y compartidos por todos.